“La educación inclusiva es el proceso por el cual se ofrece a todos los niños, sin
distinción de la discapacidad, la raza o cualquier otra diferencia, la oportunidad para
continuar siendo miembro de la clase ordinaria y para aprender de sus compañeros, y
juntamente con ellos, dentro del aula.” (Stainback, 2001, p. 18)
Los postulados de la escuela inclusiva: Un ideal de vida
1. La escuela debe celebrar la diversidad
Las diferencias individuales (personales, culturales, étnicas...) son algo valioso, porque en la diversidad se dan las mejores oportunidades para aprender. Esto supone –de todas formas- compensar las desigualdades (y luchar contra las injusticias que las provocan).
2. Hay que poder gozar aprendiendo: en la escuela, todos deben estar a gusto y
sentirse seguros.
Estar a gusto: La “cultura del gozo” frente a la “cultura del esfuerzo”. A pesar del esfuerzo que supone aprender, se puede gozar aprendiendo. Los alpinistas, a pesar de lo que les cuesta alcanzar la cima, disfrutan subiendo montañas...
Esto se consigue más fácilmente si uno cuenta con el apoyo de los compañeros, además del apoyo del profesor. Sentirse seguros: La ansiedad, el miedo al fracaso y al ridículo, no deben tener lugar en la escuela, porque todo el mundo debe sentirse capaz de alcanzar lo que se le pide, ya que nunca se le pide algo superior a sus capacidades potenciales. Esto también se consigue más fácilmente si uno cuenta con el apoyo de los compañeros, además del apoyo del profesor.
3. La escuela debe estar basada en una política de igualdad
La escuela debe basarse en principios igualitarios: todos tienen el derecho de recibir una educación de calidad en la escuela de su comunidad y en la misma clase que sus compañeros de la misma edad.
Esto no quiere decir que todos deben ser tratados igual, como si no fueran diferentes, sino que todos deben ser tratados igual de bien, en función, precisamente, de sus diferencias, de lo que necesita específicamente cada uno.
4. La escuela debe contar con profesores que faciliten el aprendizaje
Hay que crear el ambiente propicio en las clases, organizar las actividades de aprendizaje, los recursos y los procedimientos, y proporcionar las condiciones prácticas para aprender, de tal modo que los estudiantes no sólo tengan la oportunidad de aprender todo lo que necesiten, sino también la motivación necesaria para hacerlo. Esto es más factible, si el profesorado cuenta con el apoyo y el concurso de los padres y otros miembros e instituciones de la comunidad.
5. La escuela debe preparar para la cooperación, y no para la competición
El énfasis que la sociedad actual pone sobre la “competición” ha llevado a valorar la excelencia de modo que para alcanzarla hay que triunfar sobre los demás. Desde muy pequeños, los niños han de aprender a no ser “débiles” ni “dejarse ganar” por los demás. Los estudiantes se gradúan con el convencimiento de que ser “inteligente” significa ser el “número uno”...
Una docena de años de escolarización obligatoria a menudo no es suficiente para desarrollar en los estudiantes la generosidad ni el compromiso por el bienestar de los demás...
Frente a esto, en la escuela, la cooperación debe estar por encima de la competición. La escuela debe enseñar a compartir y a cooperar con los demás, cuidando el afecto mutuo, la satisfacción y el éxito de todos.
Detrás de estos postulados hay, sin duda, un “ideal de vida”: la opción por una determinada “forma de vivir” y una determinada “forma de convivir”. ¿Es esto un sueño, una utopía?. Quizás sí... Sin embargo, nuestro trabajo como educadores es esforzarnos por un ideal, en lugar de aceptar resignadamente las condiciones insuficientes y menos deseables del “ estatus quo”.
No olvidemos que “la educación que demos a los estudiantes mañana, no puede ser mejor de la que soñemos hoy"
por Pere Pujolàs Mase: "LA ESCUELA INCLUSIVA Y EL APRENDIZAJE COOPERATIVO"
Pere Pujolàs Maset, profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad de Vic, coordina el grupo de investigación sobre “Atención a la Diversidad” en esa misma universidad y una red temática de investigación sobre “Atención a la diversidad de alumnos en una escuela para todos”, formada por seis universidades distintas. Es director y profesor del programa de doctorado “Integración y Educación” de la Universidad de Vic y entre sus principales publicaciones destaca "Atención a la diversidad y aprendizaje cooperativo en la ESO" (Ed. Aljibe, 2001).
La Red de Colaboración para la Inclusión Educativa y Social (CIES) es una Red de Investigación basada en la asociación de grupos de investigación que participan en el Plan Nacional de I+D+i . Está integrada por 5 equipos de investigación del área de educación de 6 universidades españolas, siendo financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación para el período 2010-2012 (referencia EDU2009-08220-E).
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