Se presentan dos muñecas, Sally y Ana, que representan
para el niño una pequeña escena:
Sally tiene una cesta y Ana una caja. Sally tiene una canica y la mete en su cesta.
Después se va.
Mientras Sally está fuera, Ana saca la canica de la
cesta y la guarda en su caja,
Luego vuelve Sally y quiere jugar son su canica.
En ese momento se le pregunta al niño:
- ¿Dónde estaba
la canica? (pregunta memoria)
- ¿Dónde está
ahora la canica (pregunta realidad)
- ¿Dónde va a
buscar Sally su canica? (Pregunta-creencia)
Mientras que las dos primeras preguntas son para
verificar la comprensión de la historia, en la tercera el niño tiene que
diferenciar entre su propio estado de conocimiento y la creencia de Sally para
resolver la tarea.
Resultados:
85% de los niños sin ningun trastorno respondía adecuadamente,
86% de los niños con síndrome Down también la pasaba,
mientras que 80% de los niños con autismo fallaban, eran incapaces
de asumir el estado de conocimiento de la muñeca. No atribuían ni tenían en
cuenta la creencia de Sally, pero si recordaban perfectamente dónde metió Sally
la canica y dónde está realmente la canica ahora.
Conclusiones:
Los niños de cuatro años con un desarollo normal suelen, generalmente,
ser capaces de contestar adecuadamente a esta pregunta, diciendo que en la
cesta. Es decir, son capaces de
representarse en su mente el estado de conocimiento de Sally - que no sabe que
la canica no está en su cesta-, porque no ha visto el cambio- aún cuando el
estado de conocimiento del propio niño sea diferente - pues el niño sí sabe
dónde está la canica.
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